Virginia


«Perdoname por lo que haré Cristo»
gritaba a todo pulmón Juan quien aún agonizaba con el
fallecimiento de su esposa a manos de una ex novia suya.
Juan había conocido a su difunta esposa, Virginia, en
una fiesta organizada por la hermana de éste, llamada Laura.
Virginia era compañera de trabajo de Laura.
Un dia en el trabajo, Virginia le comentó a Laura
lo mucho que le gustaría conocer a un hombre encantador. Y pues,
Laura le contestó «Tienes que conocer a mi hermano. El también
anda en busca de una mujer encantadora, mi amiga.»
«Uy mi amiga, te imaginas? que te conviertas en mi cuñada?»
le contestó Virginia con una sonrisa del tamaño del sol que
reflejaba emoción pura.
«Voy a organizar una fiesta en la casa mi amiga. Y así conoces a
mi hermano. Ah que por cierto se llama Juan. Que grosera soy, ni
siquiera te había dicho su nombre» le contestó Laura a Virginia.
«De acuerdo mi amiga. Uy estoy super emocionada!»
le respondió Virginia a su amiga antes de que el supervisor de ambas
las regañara por estar conversando en horas de trabajo.
Esa tarde cuando Laura llegó a casa luego de terminar su horario
en el trabajo, le comentó a su hermano sobre la fiesta
donde este conocería a Virginia.
«Y dime cómo es Virginia?» le preguntó lleno de entusiasmo Juan
a su hermana.
«Bueno es como a ti te gustan Juan. Catira y esbelta. De cabello largo.
Ojos azules. Ah y muy conversadora. No te diré más.
Esperate a que la conozcas en la fiesta»
le contestó Laura a su hermano.
«Ummm me esta latiendo tu amiga. Virginia me dijiste que se llama?»
le respondió Juan a Laura.
«Si, se llama Virginia. Este sabado la conocerás. Mañana que es mi dia libre
voy a organizar y planificar la fiesta.» le dijo Laura a su hermano antes
de desearle buenas noches a éste e irse a descansar.
Al día siguiente, a primera hora, Laura se sentó en el escritorio de su
habitación a planificar la tan esperada fiesta.
Al mediodia salió a comprar la comida y bebidas que serviría el dia de la fiesta
donde su hermano y su amiga se conocerían.
Regresó a la casa cómo a eso de las seis de la tarde y Juan aún estaba en su
trabajo. Así que decidió ponerse a preparar cena para ella y su hermano.
Luego de aproximadamente una hora, arribó Juan a la casa.
Había llegado cansado y hambriento. Le preguntó a Laura si ésta había preparado
cena. Su cara mostró una alegria inmensa cuando Laura le contestó que había
preparado pure de papas con carne, su plato de comida favorito.
«Voy a echarme un baño para comer okey.» le dijo Juan a su hermana.
«Esta bien Juan. Yo voy a ver televisión un rato» le contestó Laura a Juan.
Al día siguiente cómo a eso de las tres de la tarde, Virginia arribó a casa
de Laura y Juan. Venia vestida de rojo, color favorito de Juan. Lucía cómo siempre
su cabello largo suelto y los labios pintados de rojo intenso.
«Juan, ella es Virginia. Virginia, el es Juan» fueron las palabras que pronunció
Laura para que su hermano y su amiga se conocieran.
Con solo ver los hermosos ojos azules y tocar la suave piel de la mano de Virginia,
Juan quedó instantaneamente flechado por aquella catira esbelta.
«Mucho gusto Virginia. Es un placer enorme poder conocerte»
le dijó Juan a Virginia con su corazón que hacía bum bum bum a todo volumen.
«Uy que encantador eres Juan. Me gusta como me miras»
le contestó Virginia quien ya comenzaba a sentir algo muy fuerte por los rincones
de su corazón.
«Bien bien voy a dejarlos para que conversen mientras yo preparo los pasapalos y las bebidas»
dijo en voz alta Laura a los dos seres que llenaban el ambiente de amor.
Esa tarde Juan y Virginia conversaron sobre una infinidad de temas. Nunca hubo un momento
de silecion incomodo entre ambos. En una instancia que Laura y Virginia estaban a solas, Virginia
le dijo a su amiga lo mucho que le agradaba Juan. Le dijo «Mi amiga, tu hermano de verdad que es
un hombre encantador. Me fascina la forma en la que me mira al hablarme. Siento que me penetra el alma.
Y seduce mi ser. Me provoca unas sensaciones que jamás otro hombre me había hecho sentir.»
«Uy mi amiga dile a el lo que sientes. A lo mejor el también siente lo mismo que tú.» le contestó Laura
a su amiga.
«Segura mi amiga? y si lo asusto? y si no siente lo mismo?» le respondió Virginia con tono de inseguridad y
temor a Laura.
«Si, mi amiga. Dile lo que sientes. Confia en mi que soy tu amiga.»
le contestó Laura a Virginia con tono que denotaba firmeza total.
«Está bien mi amiga, eso haré» le respondió Virginia a Laura.
Esa misma noche Virginia y Juan se confesaron mutuamente sus
sentimientos.
Virginia le dijo a Juan: «Mi moreno hermoso, tu me haces sentir cómo si
estuviera en el más apacible paraiso. Tus palabras endulzan
mi alma y provocan las más intensas sensaciones en mi
corazón» a lo que Juan le contestó: «Mi catira bella, yo
siento que tu me complementas. Siento que mi ser se llena
de felicidad con tan solo verte, con tan solo escucharte.
Ha sido una bendición encontrarte Virginia Alejandra»
Al oir esto, Virginia le susurró en el oido a Juan:
«Besame mi amor. Deja tu marca de pasión en mi Juan David»
Los besos que se dieron Juan y Virginia esa noche fueron
tan intensos y mágicos que sintieron que todo a su
alrededor se había paralizado e incluso el tiempo en sí.
Al día siguiente, en el trabajo, Laura le preguntó a Virginia
si le había dicho a Juan lo que sentía por el, a lo que
su amiga le contestó: «Estamos enamorados mi amiga.»
«Uyyy mi amiga me alegra mucho que tu y mi hermano se sientan
así. Ummm entonces le vas a pedir el empate a Juan? No te vayas a quedar
dormida mi amiga» le respondió Laura a Virginia.
«Ay no mi amiga. Que sea el quién me pida ser su novia. Eso le toca
es al hombre.» le contestó Laura a su amiga con una risa nerviosa
en su tono que denotaba incertidumbre en sus palabras.
«Mi amiga, yo le he pedido a varios hombres el empate. No entiendo el
porque de tu manera de pensar.» le dijo Laura a Virginia con un tono
de voz serio y agregó: «Si quieres que mi hermano sea tu novio, pidele
el empate»
«Mi amiga lo que pasa es que así siempre me eseñaron pues. Desde que era
pequeña. Que el hombre es el que pide el empate. Pero si Juan no me dice
nada en las proximas dos citas que tengamos, yo misma le pediré el empate»
le contestó con un tono de voz que inspiraba confianza Virginia a
Laura.
En la siguiente cita que tuvieron Virginia y Juan, los enamorados fueron
al cine. Compraron entradas para una pelicula romantica y digamos que
de la pelicula solo miraron la primera y última escena.
Al final de la cita, Juan le pidió el empate a Virginia.
Virginia muy emocionada le dijo a Juan: «Si, mi amor. Claro que acepto
ser tu novia. Y es más espero muy pronto ser tu esposa Juan David»
Juan no pudo contener las lagrimas llenas de felicidad y abrazó y
besó en los labios a su catira bella quien ya era oficialmente
su novia.
El noviazgo de Juan y Virginia fue uno lleno de amor, alegria, felicidad,
respeto y entendimiento. A tan solo seis meses de ser novios, decidieron
contraer matrimonio y unir sus vidas para siempre.
Lamentablemente sus vidas no estuvieron unidas para siempre. Al menos no en esta
tierra pues Virginia Alejandra falleció a manos de una ex novia celópata de Juan David.
Este tragico evento sucedió a tan solo un mes de que
el duo de enamorados se casara. Todo empezó cuando una ex de Juan llamada
Esmeralda se enteró por la red social Facebook que su adorado Juan se
había casado con otra mujer. Juan había tenido una horrorosa relación con
Esmeralda hace varios años. Y decidió terminarla por los celos incontrolables
de Esmeralda. Incluso la bloqueó de todas las redes sociales donde la
tenía agregada.
En aquel entonces, Esmeralda aceptó que Juan terminara con ella.
Pero mantuvo un remordimiento inmenso hacia Juan aunque al mismo tiempo lo seguía
amando. Eso si, la mera idea de verlo al lado de otra mujer atormentaba a Esmeralda.
Es por eso que cuando vio a traves de unas fotos que había publicado Laura, la hermana
de Juan, en su perfil de facebook, se llenó de una ira descomunal. Las fotos eran
nada más y nada menos que las del matrimonio entre Juan y Virginia. Inmediatamente
una serie de pensamientos llenos de maldad y crueldad atravesaron la mente de Esmeralda.
«Voy a hacer que pagues por esto Juan David. Vas a acordarte de mi. Ya verás!» gritabá
Esmeralda mientras veía con desprecio y llena de odio las fotografias de la boda.
A exactamente un mes de contraer matrimonio Juan y Virginia, estos decidieron tener
una pequeña celebración en la casa de Laura. Como manera de invitar a la familia, la hermana de Juan
publicó en el facebook el siguiente estado: «Juan y Virginia celebran mes de casados.
Reunión en mi casa. Acerquense familiares.»
Debido a que Laura nunca había bloqueado a Esmeralda de sus contactos, la ex celópata de
Juan se enteró de la reunión que se iba a llevar a cabo.
Al conocer sobre dicha reunión, se ingenió un plan para «hacer pagar» a Juan por el dolor
que éste le había causado.
Llamó a su amigo Raúl quién era un policia corrupto y le dijo «Te tengo un trabajito con el que
te voy a pagar muy bien.» a lo que Raúl le contestó simplemente «Hora y lugar»
Eran las tres de la tarde cuando los vecinos de la casa de Laura escucharon un estruendo
horroroso y gritos escalofriantes.
En pleno jardin donde hacian un barbeque, Juan, Laura y otros familiares quedaron horrorizados
al ver a la hermosa Virginia bañada en sangre producto de un disparo devastador.
«Mi catira bellaaaaaaaaaaaaaaaaaaa» gritaba desconsolado Juan, de rodillas al lado de su esposa,
quién hace pocos instantes cargaba una sonrisa del tamaño del sol en su rostro.
«Mi amigaaaaaaaaaaaaaaaaa» exclamaba en forma de llantos Laura, cuyo rostro se encontraba lleno
de lagrimas.
Los demas miembros familiares gritaban y lloraban durante aquel instante que parecía eterno.
No tardó mucho para que los vecinos se acercaran a la casa a ver lo que había acontecido.
«Llamen a una ambulanciaaaaaaaaaaaa» gritaban todos en unísono.
A pocos minutos arribó la ambulancia. Fue llevada al hospital donde lamentablemente falleció producto de la
gran perdida de sangre que le produjó el disparo.
«Mi catira bellaaaaaaaaaaaaa! Despierta! Yo no puedo vivir sin ti» gritaba Juan en la sala del hospital
antes de que declararan muerta a su esposa.
Pasaron varias dias de investigación policial para descubrir al asesino de Virginia. Sin embargo,
dichas investigaciones jamás iban a poner al descubierto al asesino pues Raúl se había encargado de que
ninguno de sus compañeros lo delatara. El caso quedó como «no resuelto» y en los records policiales nunca
se identificó al asesino de Virginia Alejandra.
«Perdoname por lo que haré Cristo»
gritaba a todo pulmón Juan quien aún agonizaba con el
fallecimiento de su esposa a manos de una ex novia suya.
Juan se quitó su vida al no soportar la depresión que le había causado la muerte de su esposa, dejando
a su familia totalmenta devastada.

Escrito por Santiago Urdaneta.

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